La comunidad de Puebla, México, recibió este viernes una noticia que generó profunda tristeza. Paulina Torres González, la única joven que había permanecido con vida tras el incidente ocurrido en la Vía Atlixcáyotl el pasado 22 de noviembre, perdió la vida después de permanecer seis días bajo atención hospitalaria. Su caso había mantenido a familiares, amigos y ciudadanos atentos a su evolución.
Fuentes cercanas a la Fiscalía General del Estado (FGE) señalaron que la joven fue diagnosticada con un cuadro médico irreversible. Ante esa valoración, su familia tomó la decisión de activar el protocolo de donación de órganos, un gesto solidario que permitirá apoyar a otras personas que esperan una oportunidad para mejorar su salud.
Paulina era la única sobreviviente del choque donde también se encontraban su novio, Rubén Alonso Muñoz Guzmán, y su amigo, César Emilio Vázquez Sevilla. Ambos jóvenes habían perdido la vida en el sitio del suceso, lo que generó una fuerte conmoción entre conocidos y compañeros de la Universidad Iberoamericana de Puebla.
Durante la madrugada del incidente, los tres viajaban en un automóvil deportivo. De acuerdo con testimonios iniciales, el vehículo circulaba a alta velocidad y terminó impactándose contra dos postes, dejando la unidad con serios daños. Paulina fue trasladada en primera instancia al Hospital Puebla, donde el personal médico hizo esfuerzos constantes para estabilizarla.
La familia, ante los gastos hospitalarios, recurrió a una colecta para reunir apoyo económico. Aunque se recibieron aportes a través de una plataforma digital, la campaña generó comentarios divididos en redes sociales, por lo que decidieron mantener discreción mientras la joven permanecía en recuperación. Días más tarde, Paulina fue llevada al Hospital UPAEP, donde se confirmó el diagnóstico que finalmente llevó a su fallecimiento.
Rubén Alonso, conductor del vehículo, tenía 21 años y fue despedido por sus seres queridos el 24 de noviembre en el panteón Valle de Los Ángeles. Su amigo, César Emilio Vázquez Sevilla, también de 21 años, era estudiante de Comercio Internacional y fue velado en una funeraria de la región antes de recibir sepultura.
Con la partida de Paulina, se convierte en la tercera joven que pierde la vida por este lamentable hecho. Su familia expresó que la decisión de donar sus órganos representa un acto de amor y esperanza para quienes enfrentan retos médicos y esperan una segunda oportunidad.
