Sobre el amor hay miles de frases. Dicen que el amor real es eterno, que las almas destinadas a estar juntas siempre se encontrarán y que solo la muerte podría separarlas, pero a veces ni la muerte lo logra.
En la mañana del lunes festivo (13 de octubre), el pastor evangélico José Padilla falleció tras ser sometido a un procedimiento quirúrgico en una importante clínica de Bucaramanga, Colombia. Tenía quebrantos de salud.
Era el líder de la Iglesia Cristiana Cuadrangular del corregimiento de Vijagual, en Puerto Wilches, Santander, junto con su esposa, y se había ganado el amor y respeto de todos sus vecinos y conocidos.
Lo curioso de esta historia es que, solo dos horas después de confirmarse su muerte, su esposa, la pastora Ofir Piñeres también perdió la vida en su casa en Puerto Wilches. Cuentan testigos que la mujer estaba lamentando el final de su esposo y en un momento se desmayó por lo que intentaron reanimarla, pero nunca volvió a abrir los ojos.
Minutos después confirmaron que no tenía signos vitales y que la posible causa fue un paro cardiaco. Todos comenzaron a decir que el señor José se había llevado a la mujer que lo acompañó por más de tres décadas y lo llenó de amor y alegrías.
Feligreses lamentan la muerte de la pareja de pastores
Congregaciones cristianas del municipio y municipios vecinos han expresado sus condolencias y solidaridad con los familiares, reconociendo en ellos un ejemplo de fe y verdadero amor hasta el final.
“La comunidad de la Iglesia Cristiana Cuadrangular del corregimiento vive un profundo duelo. Quienes los conocieron destacan su entrega espiritual, su humildad, su permanente servicio y el ejemplo de amor mutuo hasta el final. Las reacciones se han multiplicado: fieles, vecinos y líderes evangélicos han compartido testimonios de su legado, expresando consternación y admiración por su vida entregada”, escribieron en las redes sociales los miembros de la iglesia.




