Aunque nadie presenció la riña, es sabido que el encuentro entre Andrés Humberto Maldonado Calderón, alias el Diablo, y Enrique Morantes, conocido como el Chango, fue un baño de sangre que manchó el andén de la avenida 27 entre calles 26 y 27, en el barrio Belén, Cúcuta, Colombia.
En medio del humo, salieron a relucir las armas blancas, una por cada lado, lo que fue la antesala a la tragedia que estaba por presentarse afuera del colegio Nuestra Señora de Belén, a pocos metros del parque principal de Belén.
Cerca de las 9:30 de la noche del pasado domingo, 2 de noviembre, los sujetos protagonizaron una riña en ese sector, el Chango le sacó el machete al Diablo, pero este mismo terminaría invicto, pues a pesar de recibir varias heridas, fue quien salió victorioso.
Cuentan que el Chango le propinó por lo menos tres lesiones, todas en la parte de la cabeza, aunque el Diablo respondió con una sola embestida, misma que resultó letal, pues lo impactó con un cuchillo a la altura del corazón, dejándolo gravemente herido.
El Diablo tampoco quedó exento, por lo que ambos fueron trasladados a la Unidad Básica Loma de Bolívar, donde, cuentan testigos, llegaron cubiertos de sangre. A pesar de que el tratamiento médico fue para los dos, tuvieron un destino distinto.
Mientras que el Diablo se recuperó satisfactoriamente, bajo la custodia de las autoridades, Chango, de 21 años, falleció pocos minutos después de esa letal puñalada en el corazón.
En tanto, el sobreviviente fue dejado a disposición de las autoridades policiales y completaron su judicialización por homicidio, para ser presentado en rueda de prensa de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), ayer.
“Neider muere tras resultar lesionado en una riña recíproca originada, al parecer, por el consumo de estupefacientes”, manifestó el coronel Fabio Ojeda, comandante de la Mecuc, quien añadió que el sujeto fue enviado a prisión, mientras avanza el proceso judicial.
Otro de la banda
Chango era conocido por ser integrante del parche de Belén de la barra popular del Cúcuta Deportivo, llevando incluso sus colores tatuados en el antebrazo derecho, y su noticia consternó a dicha comunidad.
“Hoy nos invade una tristeza impresionante, un vacío al enterarnos que a un hermano, un integrante de nuestro parche se va a la tribuna más alta, que descanse en paz”, publicó en Facebook dicho parche.
Quienes, el pasado lunes, se reunieron en la Cancha del Indio, a pocas calles del lugar de los hechos, para darle una despedida con cánticos, bengalas y trapos. Su ataúd, adornado con calcomanías rojinegras, fue su último recinto.
